No. Sinceramente, no me esperaba nada ni tampoco me lo espero ahora. De toda la vida he sido mucho de no planificar demasiado. Cada día hay que ir separando la la mala hierba de las cosas buenas e ir avanzando poco a poco. Por ejemplo, entré a ser presidente del Colegio por casualidad, puesto que durante una asamblea que estaba sentado junto a Jordi Vidal (que era administrador de fincas y que en aquel momento todavía no nos conocíamos) vimos una cosa muy rara dentro de los números del colegio. A partir de aquí, me presenté como presidente y con la Junta solucionamos todo el problema. Pero nada estaba planificado. Desde aquel momento hubo una colaboración muy estrecha con Vidal, él fue el vicepresidente del Col·legi API y yo el vicepresidente del Col·legi d'Administradors de Finques. De hecho, desde mi punto de vista hay muchas cosas de un colegio y el otro que se solapan, a pesar de que con Vidal aclaramos muy bien qué tareas tenía que hacer cada colegio.
A partir de aquí (y también sin planificar nada), recuerdo que entonces se estaba hablando del alquiler turístico y con el Col·legi d'Administradors de Finques creamos lo que es hoy la Asociación Turística de Apartamentos (ATA).
No, pero sí que es verdad que siempre he tenido mucha capacidad comercial. A los 17 años ya tenía la carrera de magisterio y ejercía de maestro, pero tenía otras inquietudes. En aquella época, los maestros hacíamos vacaciones junio, julio, agosto y casi todo septiembre, y aprovechando esto, y con un primer piso de la calle Santa Anna, abrí la primera oficina.
Los anteriores presidentes, sobre todo el señor Cànovas que fue un presidente como la copa de un Pino, ya no estaban centrados en la ciudad de Girona. De hecho en mi primera Junta había gente de toda la provincia, por ejemplo Josep Company de Llançà, Mercè Bonet de Lloret de Mar, Antoni Ferrer de Figueres, Antoni Riart de Calonge, Josep Ros del Estartit, Josep Paulí de Girona, Andreu Garriga de Girona y en Martí Peya, también de Girona. Había variedad.
El equipo con quien trabajas es fundamental y la gente tiene que ser diferente entre ella. Siempre digo lo mismo, pero en un equipo de fútbol, la misión del portero es que no le hagan ningún gol, pero la del delantero es hacer 10 a cada partido. Son objetivos particulares separados y totalmente diferentes pero que, juntos, hacen ganar el equipo. Y nuestro equipo ya lo supimos formar muy bien desde la primera junta.
Mira, a mi empresa hay: una mujer a dirección general, a dirección de finanzas, a dirección informática, a dirección de personal, a dirección de alquileres turísticos y a administración de particulares. Creo en las personas indicadas para estar al cargo. Y, de hecho, el que era antes el gerente del Col·legi API era un hombre que eché por todas las irregularidades que había hecho. Elegí a Rosa porque era la persona más capaz de ocupar el cargo.
La profesionalidad en cualquier cosa es muy importante, pero desgraciadamente hay mucha gente que no cree en el asociacionismo. Es muy importante que cuando se tiene que hablar con autoridades, con gobiernos... seas representativo. Yo si voy a hablar con el presidente de la Generalitat como Lluís Torrent, no seré nadie, pero si voy como presidente del Col·legi API, voy representando un colectivo. Si este colectivo es solo de Girona, tendrá ciertas limitaciones. Pero si este colectivo también representa toda una región o todo un país, hace que tengas más poder. Y esto lo veo en otras muchas cosas. El que es importante es que haya representatividad.
[Riu] ¡No gustaba tanto! Pero cuesta mucho encontrar alguien que se “sacrifique” para todo el colectivo y sin cobrar nada. Se hace totalmente por amor al arte. Por lo tanto, no es que gustara sino que no salía nadie que quisiera ocupar el cargo. Y el presidente que vino detrás de mí, Jordi Pardo, fue presidente porque lo enredé. ¡Y el mismo me pasó con ATA!
Sí, por supuesto.
Sí, pero no era yo solo. Tenía un gran equipo que me acompañaba y que tenían el espíritu abierto. La mayoría éramos Agentes de la Propiedad Inmobiliaria y supimos estructurarnos bien.
Recuerdo que el consejero Sobirà, con quién tuvimos mucho feeling, me dijo una vez: “Cada mañana miro que todo el que ha salido a los diarios”. Y de aquí salió la idea de los telegramas. Si queremos impactar, no se trata que yo como presidente del Col·legi envíe un telegrama a Pujol, sino que lo tiene que hacer todo el mundo. Salió a la prensa, y esto es el que mueve a los políticos. Se tiene que insistir a salir a la prensa.
Sí, pero es importante no aflojar nunca. Cuando fui presidente del ATA empecé a ir a la Consellería de Turismo hasta que llegó un momento que conocía a todo el mundo, pero esto solo pasa si vas cada día. Se tiene que ser perseverante y creo que Joan Company está haciendo una muy buena tarea en este aspecto.
También apostaba por una formación de los API con la creación estudios inmobiliarios. ¿Quería evitar el intrusismo profesional?
Esta era nuestra principal idea. Josep Company hizo un trabajazo enorme en la deontología del Col·legi. Junto con Paulí, Vidal y todos los de la Junta pactamos que abriríamos expediente disciplinario a todo el mundo que dejara el título. Había que defender la profesión, pero también hay que tener en cuenta que esto pasa en todas partes.
Hay mucha gente que no se comprará nunca ninguna propiedad, y mucha otra gente que solamente se comprará una. Es la operación económica más importante de su vida, por lo tanto, tiene que tener un gran profesional delante que sepa exactamente qué tiene entre manos, como actuar, que dé garantía y seguridad, etc. Por eso hubo una época que obligábamos en todos los API a poner su número para poder verificarlo al registro de colegiados.
No lo sé, pero también encuentro exagerado que yo me tuviera que ir a examinar a Madrid. Las cosas se tienen que hacer algo más fáciles. En aquel momento consideré que era demasiado exagerado; sin embargo, no te sabría decir si ahora es demasiado fácil.
El 1992 aparece la iniciativa de crear la Escuela Superior de Estudios Inmobiliarios y de la Construcción (ESEIC), adherido a la UB. Se quería hacer una carrera Inmobiliaria, ¿por qué cree que no se ha acabado de llevar a cabo?
En aquel momento empezamos con la Universidad a planificar todo esto de los estudios, pero las cosas a veces dependen mucho de las personas que tienen al frente. También recuerdo que había toda una serie de dificultades para poner en marcha los estudios inmobiliarios, entonces cuando dejé el cargo ya no hice más seguimiento, la verdad. No sé por qué causa no se acabó haciendo, pero tampoco le doy demasiada importancia.
Es un auténtico desastre. El problema que hay y que he podido vivir de primera mano cuando era presidente del Col·legi, es que lo desconocen. No quiero citar nombres, pero la mayoría de consejeros no tienen ni la más mínima idea porque su trayectoria anterior no han tenido este bagaje. Pero es que, además, ahora hay demasiado partidos políticos, y para gobernar se necesitan alianzas continuamente.
¿Y de la limitación de la subida del precio al 2%?
Es un desastre que comporta reacciones contrarias, y esto Joan Company lo está defendiendo muy bien.
El 1994 creó el ATA, de donde también fue presidente, y ahora continúa siendo el director general de Panini España y Portugal. ¡Le gusta estar activo!
Lo soy porque estuve en el lugar y momento adecuado y no dejé perder la oportunidad. Tengo la capacidad de poder hacer varias cosas a la vez. Si paras, ¿qué haces?
Si, y mi trayectoria no lo desmiente. Si en su día creamos ATA de la unión de actuación entre los Administradors de Finquess y los API, ya es la demostración que después se creó FEDERATUR, la federación catalana de apartamentos turísticos que, por cierto, primero los de Barcelona no creían en el proyecto y finalmente les hice entender que se tenían que unir. Más tarde se creó la federación nacional, etc. Y así con todo. En su momento, con Company y Riart, que tuvimos y tenemos muy buena sintonía, dijimos de crear una imagen única, porque TORRENT, pasado el puente, no lo conoce nadie. Después dimos un paso adelante y nos agrupamos con CEIGRUP, de las hermanas Amat, la segunda franquicia inmobiliaria del Estado Español: teníamos gente franquiciada en Asturias, Valladolid, Valencia... pero con la crisis del 2008 todo esto se fue al aire, y los tres "gironins" nos quedamos la marca. Ahora, nuestros hijos, Joan, Ester y Elena son los que lo están reactivando.
Sí, ha mejorado y mucho. Pero aun así, que hoy en día una construcción que se esté haciendo tenga ventas es un milagro. Pero a nuestra oficina de la Escala hay un promotor inmobiliario que está construyendo un bloque de apartamentos y ya llevamos vendidos 14. Y esto es porque nos tienen confianza y saben que con nosotros hay una garantía y un profesional. A mí me hace gracia ver publicidad en la radio de ciertas webs como Housefy, por ejemplo. Nosotros cada año hacemos muchísimas operaciones, pero solo en un 5% o un 10% no hay absolutamente nada a hacer. Para poner una cosa en venta hay de haber la garantía de quien es la propiedad, de que no hay cargas, etc. Y todo esto es un trabajo previo a poner en venta.
¿Cómo encaráis la competencia de estos grandes portales?
De vez en cuando, hago como Santo Tomàs. Hago la prueba de poner mi casa a la venta. Este año ya lo he hecho 4 o 5 veces. Nadie me ha lamado. Nadie me ha enviado un mail. Nadie. Si esta es la competencia que tenemos, no me preocupa. Lo que me preocupa es informar mucho a los propietarios y dar el valor en venta, que el que lo sabe más bien es el profesional. El precio ajustado solo lo sabemos nosotros. ¿Si te hace daño la muela irás al médico o al dentista?
Por supuesto que estoy satisfecho, no puedo estar de ningua otra manera si Rosa y Dolors las contraté yo. Si todavía están en el Col·legi es señal de que lo hacen bien.